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miércoles 03 de julio de 2024
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Lic. Vanesa Brolli

Comer bien: qué es la microbiota intestinal y cómo influye en nuestro estado de ánimo

domingo 30 de junio de 2024

Este domingo en Radio Brisas, en el ciclo Todo Vale, la nutricionista Vanesa Brolli conversó con Valeria Figueroa sobre la importancia de “cuidar la microbiota intestinal” un elemento poco conocido, pero crucial para el funcionamiento de nuestro organismo. Además, despejó algunas dudas sobre el ayuno intermitente, un método en auge.

Para el oído común, es seguro que los conceptos de “SIBO” (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) y “síndrome de intestino irritable” sean mucho más reconocibles. Pero el hecho es que esas dos patologías están estrechamente relacionadas con la microbiota intestinal.

Como explicó Vanesa Brolli, que integra el Colegio de Nutricionistas de Buenos Aires, la microbiota son “microorganismos que conviven en el intestino y tienen relación con lo que le pasa al cuerpo en general: tienen relación con el sistema digestivo, pero lo que pasa ahí tiene repercusiones en el ánimo, además de en distintas patologías que pueden desarrollarse en adultos”, señaló.

De acuerdo con la nutricionista, factores como una mala alimentación, ansiedad, el uso de antibióticos de manera excesiva y la falta de actividad física hacen que la microbiota sea “cada vez más pobre”, lo cual es una puerta de entrada a patologías físicas y mentales, como la ansiedad y la depresión.

Una advertencia rápida permite reconocer que incluso la serotonina, la hormona de la felicidad, “se sintetiza en un 60-70 por ciento en el intestino”. En otras palabras, “la depresión y la ansiedad están asociadas a lo que pasa ahí” en nuestro tracto intestinal. En una ecuación rápida: mala microbiota significa una mala sintetización de alimentos, que es igual a un malo estado de ánimo.

Es válido preguntarse cómo puede hacerse para “elevar” la microbiota o “cuidarla”. Ya sobre este punto, la Lic. Brolli mencionó que se puede consumir los llamados probióticos, pero es importante verificar que estén certificados. “Tiene que haber evidencia de que esa bacteria (que contiene el alimento) tenga un efecto benéfico”, sostuvo.

Los probióticos pueden encontrarse en alimentos de suplemento. “En lácteos fermentados como Activia o Actimel, suplementos de vitamina D, vitamina C o zinc, que tienen probióticos comprobados”, subrayó Brolli.

En muchos casos, se consumen productos que contienen bacterias “benignas”, pero que “no llegan vivas al intestino”. Alimentos como el chucrut y los yogures no son probióticos, pero su consumo es igualmente bueno. “Un yogur que no tiene probióticos tiene bacterias, justamente para que se produzca la fermentación, pero como no llegan vivas al intestino no son probióticos”, explicó la nutricionista.

De todos modos, la importancia radica en “cuidar” la microbiota, más que en generar "nueva". Y esto, certificó la nutricionista, se hace a través del consumo de alimentos con prebióticos. “Son las fibras no digeribles, los alimentos que son fuentes de fibras, como las frutas, las verduras y las legumbres”, o incluso “el salvado del pan, que no vamos a digerir pero va a ser alimento de las bacterias (intestinales)”, explicó. Incluso puede ser buena opción elaborar un yogur natural en casa, sin saborizante ni adición de azúcar.

El ayuno intermitente y “dejar las harinas”:

Sobre otros asuntos alimentarios que también vienen en alza, la nutricionista Valeria Brolli habló puntualmente en el caso del “ayuno intermitente”, y adelantó que, claramente, “hay un montón de posiciones encontradas”.

La clave para que el método de ayuno intermitente sea beneficioso es que “siempre sea acompañado, que esté planificado, que haya una conducta y un objetivo”, explicó Brolli. De lo contrario, muchas veces “nos invade la información y terminamos haciendo el ayuno y no sabemos por qué”.

Por otra parte, la nutricionista sopesó muchas variables en torno a las harinas y el exceso de azúcares y admitió que “el consumo de ultraprocesados tiene un impacto negativo, eso desde ya”. Por lo tanto, siempre es bueno “dejar un poco en stand by esta cantidad de productos, que tampoco son alimentos en muchos casos”.