Ladrillos de bambú: un innovador invento de estudiantes de Mar del Plata

Un grupo de estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica Nº2 desarrollaron un proyecto innovador y sustentable. Los ladrillos que inventaron prometen ser una alternativa ecológica a los tradicionales, ya que están hechos con cal, agua y bambú, materiales mucho más asequibles.

El móvil de Radio Brisas estuvo presente en la edición Nº53 de la Feria Distrital de Ciencia, Arte y Tecnología, que reunió a la comunidad educativa de General Pueyrredon en el mencionado colegio de la calle 9 de julio entre Mitre y San Luis. Allí, chicos de primaria y secundaria presentaron distintos proyectos escolares y muchos de ellos estaban relacionados con el cuidado del medioambiente.

Uno de todos esos inventos se destacó por su complejidad, ya su propuesta podría marcar un puntapié inicial para repensar la industria de los materiales para la construcción, en tiempos en que la sustentabilidad y la racionalización son fundamentales.

Ludmila, alumna de séptimo año, explicó que su equipo de trabajo desarrolló un bloque sostenible de bambú: "Principalmente, pensamos en algo que la gente no usara o desperdiciara, por lo que estábamos en una encrucijada. Íbamos caminando por la calle y vimos un bambú, por eso surgió el bloque de bambú", contó.

También especificó que la preparación de los ladrillos incluye fibras, cal y agua, con un costo aproximado de 250 pesos por cada unidad, que tiene medidas de 25 x 12.5 x 8 centímetros.

"Es macizo, súper resistente y térmico. Tuvimos que comprar una bolsa de cal de 20 kilos, de la cual salen entre 15 y 18 ladrillos", amplió la estudiante.

Asimismo, Ludmila explicó que la estética y el tamaño "son parecidos a los de un ladrillo tradicional de adobe, aunque no lleva ningún tipo de cocción. Hicimos una pasta, la metimos en un molde y lo prensamos con una máquina hidráulica en el colegio. Como no compactó bien, fuimos modificando la mezcla, con 1200 gramos de cal, dos cañas de bambú y menos de un litro de agua".

"Le exigimos 100 kilos, lo que nos facilitó hacerlo de manera artesanal, y una o dos personas pueden prensarlo durante dos o tres minutos. Luego hay que dejarlos fraguar y secar durante una semana y así ya tenés un ladrillo listo de bambú", comentó.

En la misma línea, destacó que "hay un montón de alternativas. Queríamos unirlos con una mezcla ecológica para agilizar tiempos y además no es tan caro. Son accesibles y se los puede pegar con una mezcla tradicional, arcilla o los tantos pegamentos que hay en la industria".

"Fue algo constante, desde abril que se nos planteó la propuesta. Estuvimos 20 días pensando en qué hacer y luego se concretó. Fue gracias al grupo que pudimos llevar esto adelante", manifestó Ludmila, en cuanto al proceso creativo.

Por último, sobre la caña de bambú utilizada, contó que trabajaron "con una especie que crece acá en Mar del Plata y se ve como una plaga, pero tratamos de convertir esa plaga en algo potable y que podamos exprimir concretamente".

"En el único continente que no crece es en Europa. Hay más de 1600 especies y acá tenemos la Phyllostachys aurea, que es la que utilizamos", finalizó.