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Vendía lencería en San Telmo y ahora vive del arte en Suiza como escritora y cantante lírica

jueves 02 de diciembre de 2021
Vendía lencería en San Telmo y ahora vive del arte en Suiza como escritora y cantante lírica
karina salazar
karina salazar

siempre fue una artista, pero recién cuando emigró a Suiza logró explotar todo su potencial. Dotada de inspiración permanente se dedicó a prepararse para cantar, se convirtió en artista plástica, también se puso a escribir y publicó varios libros.

Nació en Buenos Aires, vivía en San Telmo y le iba muy bien como vendedora de lencería. Pero el destino la llevó a Lucerna para vivir una experiencia diferente que iba a durar tres meses. Pasaron más de 20 años desde aquella decisión que tomó en 1999 y que cambió su vida para siempre. Consiguió trabajo y se quedó en Suiza. En su tiempo libre empezó a explotar su veta artística y se encontró con múltiples facetas. Actualmente se desempeña como escritora, cantante lírica, artista plástica y trabaja en marketing digital.

En diálogo con Radio Brisas desde Zurich, Karina hizo un recorrido por su intensa vida de artista en tierras suizas y recordó sus orígenes a la distancia. "Estudiaba Ciencias Económicas, la dejé por la mitad. No sabía qué quería hacer y llegando a Suiza se disparó lo que quería. Yo no me daba cuenta pero mi hermana me decía que yo era artista. Me fui pensando en hacer un viaje de 3 meses y me quedé 22 años. Yo estudiaba y vendía lencería. En la época del uno a uno me iba muy bien. Uno acá está sólo con su alma y tenés dos cosas para hacer: o te deprimís o hacés algo con esa tristeza. Yo pude expresarme cantando", contó.

Además, recordó que "en aquella época todo el mundo se iba. Yo tenía un novio suizo, me quedé y me casé con él. Llegué a Lucerna y cantaba en un coro en una iglesia. Estudié con dos maestros del Colón, me lo tomé muy en serio. Uno a veces se pregunta por qué no habré hecho antes, pero pienso que cada uno tiene un proceso. Yo decidí que quería cantar, sentía que tenía potencial pero sabía que el tiempo me corría. Hago eventos los fines de semana y con eso soy muy feliz".

Como dueña de su propia empresa, también cuenta con un emprendimiento de Marketing Digital, lo que le permite trabajar desde cualquier lugar del mundo. "El que quiere seguir una carrera de arte, tiene que trabajar de otra cosa para financiarse, sobre todo al principio. Y las carreras operísiticas son muy caras, necesitas dos maestros. Empecé a trabajar en un banco y con ese sueldo pude hacer un montón de cosas, como tomarme un año sabático. Seguí estudiando, tomando clases, la clave para mí fue que no sólo tenía que ser un artista sino darme a conocer. Por eso, estudié la carrera de Marketing en Londres, hace dos años terminé una carrera de Marketing Digital. Eso me permite tener clientes y seguir dándole rienda suelta a mis pasiones, como lo es la escritura, pintura y canto", aseguró.

Por otro lado, reconoció que su forma de ser cambió con el tiempo en una sociedad tan diferente. En ese sentido, admitió: "Soy ordenada gracias a la cultura suiza, yo era argentina, nada que ver. Yo tengo amigos argentinos pero también muy buenos amigos suizos. Cuando llegué a los dos meses sabía que me iba a quedar, entonces empecé a dar clases de español. Cuando me casé, conseguí trabajo entones no necesité dar clases porque tenía un trabajo fijo. Acá hay asociaciones para todo, por ejemplo, una vez por mes está tu asociación y tenés que ver cómo te relacionás. Yo creé hace tres años la Asociación amigos del vino argentino con varias vinerías argentinas y amantes del vino, nos juntábamos, dábamos información una vez por mes, cada vinería argentina sponsoreaba una noche".

Entre sus tantas pasiones aparece una necesidad de contar historias. Es por eso que se explayó con entusiasmo al hablar de los libros que publicó sobre diversas temáticas. Al respecto, dijo: "Yo todo el tiempo estoy inspirada, me falta tiempo. La historia de la Guardia Suiza la tenía en mente cuando estaba en Argentina durante el año sabático que me tomé. En el 2016 estuve haciendo tareas de investigación, hablando con gente. Todos los libros están con un precio especial para Argentina en mi página web, www.karina-salazar.com, e internacionalmente se puede comprar en Amazon como libro electrónico o de tapa blanda. 'Cuarentena en la granja' es un cuento infantil que escribí en el 2018 sobre un virus, antes de la pandemia. Cada vaca tiene su idiosincracia, eso es lo divertido. Tiene un cuaderno de trabajos para la escuela, que va gratuito con el libro. Después vino 'Cincuentena', que salió con la pandemia. 'Mi abuela Teté' es un homenaje a mi abuela Elsa que siempre estaba elegante. Y 'Eres un bicho raro' habla de la gente que es diferente, con un final feliz".



Sorprendió al responder cuál de todas sus actividades le gusta más y demostró su sensibilidad al responder con sinceridad: "Me gusta mucho cantar en funerales, acá es casi al mismo nivel que un casamiento. Se le presta mucho respeto, hay mucha gente. Para mí es muy emotivo porque la gente que va a un funeral va porque realmente se quiere despedir de la persona". Y agregó que también le da mucha satifacción "cuando mis lectores me escriben por privado".

Por otra parte, rememoró aquellos tiempos en Argentina cunado vivir del arte era una utopía. "Tomé la decisión en quinto año de seguir Ciencias Económicas porque no creía que podía vivir de la literatura. Tiene que ver mucho con los padres, estaban un poco errados. Yo sabía que quería ser escritora, los recursos materiales que me dio Suiza para poder vivir un año sabático no sería posible hacerlo en Argentina. Sobre todo porque yo soy dueña de mis destino, me pago todo, no tengo sponsor. Yo tuve mucha contención y sabía alemán y eso es estar cinco pasos adelante que otras latinoamericanas. Después de los tres años te van pasando cosas y decís ´Qué estoy haciendo acá?' . Pero tenés que tomar una decisión porque después de cinco años la cultura te absorbe. En ese momento me faltaba mucho mi familia y el año sabático me ayudó a despedirme de mi papá, que al año falleció".



La multifacética artista detalló cómo distribuye su tiempo ante actividades tan diversas: "Soy soprano líricia con coloratura, canto todo lo que es barroco. A medida que se va acercando la fecha del concierto, le dedico más tiempo al canto. Además, si estoy haciendo un libro me pongo yo los deadlines. Ese chascarrillo de Argentina que dicen que Suiza es aburrida es imposible acá. Lo que tenés es tiempo y podés hacer muchísimos hobbies, tenés bosque, bicicleta, monopatín, lo que sea para divertirte, no es aburrida. El transporte se cumple a rajatabla. Eso ayuda. En Suiza podés calcular bien toda tu vida. Mi marido es francés, toda la sociedad te lleva a que vos cumplas con todas las reglas, porque sino pagás multas. Todo se corrige con multas económicas. Acá el concejal no recibe sueldos, sino viáticos. Recién cuando sos diputado ganás un sueldo bueno, pero nunca más que un gerente de una empresa mediana".

Por último, destacó que en Suiza "hay un montón de argentinos con pasaporte suizo porque la colonia es la segunda más grande del mundo. Si tenés un empleo especial, te hacen todos los papeles, pero es bastante difícil sin ser un trabajador calificado, tenés que saber inglés, alemán, siempre el estudio te abre puertas. La nostalgia la tuve el segundo mes que estuve en Suiza, se te empiezan a mover tantas cosas en tu mente cuando emigrás. Este año estuve dos veces en Argentina pero cuando me canso de todas sus cosas, me vuelvo".

Escuchá la nota completa con Karina Salazar en Un Lugar en el Mundo con Florencia Cordero

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