Los nuevos exponentes de tango que mantienen vivo al género

Acompañado de la música que nos identifica ante el mundo, el bandoneonista Daniel Ruggiero recuerda sus inicios en el tango y recorre su experiencia en la escena.

El hijo de Osvaldo “Tano” Ruggiero, uno de los bandoneonistas y compositores más reconocidos dentro del género, tuvo una infancia rodeada de música, instrumentos y conversaciones sobre tango en caminatas de verano por nuestra ciudad.

Daniel comenzó a estudiar guitarra en el Conservatorio Nacional hasta la muerte de su padre. Luego su padrino Hugo Paglia, traumatólogo especialista en manos y muy amigo de su padre, solventó sus clases durante años con Pascual “Cholo” Mamone. Fue en ese momento donde dejo atrás la guitarra y empezó su camino con el bandoneón.

Desde los 18 años, el bandoneonista viaja constantemente por el mundo con su música. A fines de septiembre, partirá hacia Colombia para realizar un homenaje a Piazzola y presentarle a una solista de viola en  Bogotá algo que compuso especialmente para ella.

“He tenido la posibilidad y he experimentado la reacción del público que no tiene ese back de esperar que un tipo con el bandoneón toque un tango clásico sino que simplemente van y disfrutan y es una experiencia muy enriquecedora”, explicó en diálogo con Eduardo Zanoli en Radio Brisas.

Además, el artista estudió mucha música diversa con diferentes docentes y hoy en día busca reflejar toda esa capacitación en la música que compone y en todos los proyectos que emprende.

“Bandoneón de concierto” es su último trabajo lanzado el 11 de julio (Día nacional del bandoneón y aniversario del nacimiento de Aníbal Troilo) que apuesta a un nuevo camino dentro de la escena implementando el bandoneón solista con marco orquestal.

El proyecto recibió muchas críticas positivas pero debido a que es una obra orquestal y más de treinta músicos deben subirse a un escenario para poder representarla, la posibilidad de tocar en vivo el nuevo material no parece ser una realidad cercana.

“No he experimentado la reacción del público en vivo pero sí que el disco ha dado bastante que hablar y siempre con buena recepción”, destacó.

Acerca de la presión de seguir el camino de su padre y las constantes comparaciones, Daniel explicó  que el aprendió de su padre y  sus amigos la idea de construir un propio camino. Los artistas de la anterior generación apostaron a lo distinto y al ser parte de la orquesta durante tantos años tuvieron la autoridad necesaria para cambiar la forma y marcar una nueva dirección.

Ruggiero sostiene que a través del respeto y la admiración a los grandes artistas ya que “gracias a ellos, nosotros tenemos una profesión”, la responsabilidad de construir un futuro recae en los nuevos músicos.

“La autenticidad es lo que vale. Uno puede tocar bien, puede tocar mal pero si tiene algo para decir propio me parece que ahí está la cuestión”, destacó.