La increíble experiencia de un coach marplatense en Qatar en la previa del Mundial

Iván Guerrero es entrenador de básquet de profesión. Estaba trabajando en Dinamarca cuando surgió la oportunidad de mudarse a Doha para convertirse en el entrenador jefe del seleccionado femenino de 3x3 de Qatar.

El ex director técnico de Peñarol de Mar del Plata ya había trabajado en el básquet femenino de Islandia y Dinamarca, pero el destino le tenía preparada una sorpresa. La propuesta de dirigir en Qatar llegó justo en la previa del Mundial. Como buen futbolero, Iván aceptó este desafío que cayó como un regalo del cielo.

La oportunidad de ser el coach principal de la selección de un país jerarquiza enormemente la experiencia a pesar de que la rama femenina del básquet 3x3 está aún en una etapa experimental en pleno desarrollo.

Según la cultura y las creencias del lugar, las chicas de la selección tienen que entrenarse con hiyab porque no se pueden exponer ante los hombres, en este caso, ante un entrenador varón. Aunque es optativo, se trata de solo un ejemplo de las variadas normas que rigen en Qatar a las que un argentino se tiene que acostumbrar.

En el transporte hay vagones para mujeres, para hombres, para familia y también están los que son estándar. En todos lados, las mujeres tienen su espacio aparte. En un paseo por el shopping se puede ver a un hombre árabe paseando con sus cuatro mujeres.

En el equipo qatarí hay tres jefas de equipo que manejan todo. Y en el trato cotidiano hay que actuar con cuidado para no incumplir las reglas establecidas. Las jugadoras terminan de entrenar y se ponen a rezar al costado de la cancha en un momento que no se puede interrumpir, cruzarse de piernas está mal visto y saludar con la mano izquierda también.

"Pasa el tiempo y te vas acostumbrando a la cultura aunque no la puedas llegar a entender. Hay que tener en cuenta que el 85% de las personas son de afuera. Hay pakistaníes, indios, filipinos, una población muy rica en cultura con solo el 15% de qataríes", explicó Iván Guerrero desde Doha en diálogo con Radio Brisas.

El rol de la mujer en los países árabes provoca que haya situaciones difíciles de procesar para nuestra idiosincrasia. Otros ejemplos contundentes que enumeró Iván así lo demuestran: "Tengo que pedir autorización para usar una sala de video. Me piden que sea en un lugar donde no estén encerradas, que estén a la vista. En Francia fuimos a jugar junto a la delegación masculina y femenina. Tuvimos una cena de despedida y pusieron mesas separadas para los hombres y para las mujeres. Yo me fui a sentar con mi equipo. Y me mandaron a sentar con los hombres".



Desde lo basquetbolistico, la tarea no es para nada sencilla. "Las chicas no son profesionales. En Qatar no hay liga. Aprenden en las academias. La selección se maneja como un club. Hay una sola local y las demás son de Egipto, Sudán, Túnez. Todas chicas de afuera naturalizadas", detalló el coach.

En ese sentido, añadió: "No hay material humano para completar un equipo de 5 integrantes y la apuesta es empezar por la modalidad 3x3 por falta de jugadoras. El básquet es el mismo pero me tuve que preparar muchísimo para afrontar esta experiencia. Es muy rápido, muy intenso y muy lindo".

Ante semejante reto, Guerrero sabe valorar la oportunidad y está enfocado de lleno en su trabajo. Al respecto, expresó: "Nunca me hubiera imaginado esto. Gracias al básquet pude conocer el mundo. He recorrido Europa, ahora estoy en Asia al frente de una selección. Nunca en la vida me lo hubiera imaginado. Es increíble. Soy el técnico de la selección de un país. Cuesta un poquito creérsela. Sigo siendo el mismo entrenador de siempre".

Furor por el Mundial, el calor y la falta de alojamiento para Qatar 2022

Iván Guerrero es un apasionado de su trabajo como entrenador de básquet, pero también es muy seguidor del fútbol. Por eso está esperando ansiosamente que llegue el Mundial para poder vivirlo in situ. "Cuando estaba en Dinamarca surgió lo de Qatar y acepté. No pude volver a Argentina. Pasé de un país frío a otro que es un horno. Es completamente diferente. Ahora viene el Mundial de fútbol y eso transforma todo en un lugar mágico", admitió.

Y describió cómo está hoy la ciudad sede del Mundial: "Doha es un caos. Está todo en construcción. No hay alojamiento para todos los hinchas que van a venir. Están armando en el desierto. Todos los estadios están conectados con el subte y en 25 minutos llegás a todos lados. Están muy bien hechas las conexiones. En septiembre/octubre se para todo hasta diciembre".

Con un contrato de 12 meses, la idea es quedarse para disfrutar el Mundial (ya consiguió entradas como residente) y sueña con ver a Messi en acción. "Soy futbolero, me gusta mucho y poder vivir el Mundial de cerca es un sueño. Nunca pude vivir algo así. También hay mucha expectativa por la selección y por el último Mundial de Messi", comentó.

Ya se contactaron con él muchos argentinos que le piden alojamiento. Y no solo amigos y conocidos. Le escriben por las redes personas que no lo conocen y le piden un lugar para quedarse durante el Mundial.

El ex coach de Peñarol afirmó que todavía hay muchas dudas sobre cómo recibirá Qatar semejante afluencia de público en el contexto de un Mundial: "Esto va a ser una locura porque el país es chico. Que vengan 3 millones de personas con la locura que trae el hincha. Acá no se puede tomar alcohol. Solo podés tomar en un hotel 5 estrellas y es bastante caro. O tenés que tener un permiso especial. Por su religión no pueden tomar alcohol ni comer cerdo. En el Mundial la gente está de fiesta y quiere pasarla bien".

Así continuó con su detallada descripción: "Acá hacen todo grande, pero no sé si están tan preparados para recibir tanta gente y darle alojamiento a todo el mundo. La parte urbanizada es chica. Cuando te empezás a alejar son todas casa bajas de color amarillento beige, casas árabes donde vive la gente trabajdora. Los qataríes viven en palacetes. Son casas gigantes porque son ricos. Tienen sueldos millonarios. La parte de la costa es muy linda, hay un típico mercadito árabe. Hay muchos shoppings, todos se manejan en auto. Nadie se maneja caminando porque esto es un horno, es el pre infierno. Hace 50 grados y mucha humedad. Es imposible caminar.  Hacés dos pasos y estás transpirando como si hubieras corrido media hora".

El paisaje y el clima a veces conspiran contra el bienestar a pesar del atractivo de un lugar grandilocuente. "Se extraña ver el verde. no hay pasto, no hay árboles. Se ve todo blanco, polvo, arena, un desierto literal. Es todo muy monótono. Los árabes en esta época se van del país porque no se aguanta. Trato de salir lo menos posible. Voy a entrenar a las chicas, al gimnasio y vuelvo", contó.

En su interesante narración, Guerrero señaló que -más allá de su ilusión por el Mundial- su prioridad es su rol como entrenador, pero admitió que es inevitable no deslumbrarse: "Conocí gente de todo el mundo y sé que está lleno de argentinos y latinos pero no frecuento mucho los lugares turísticos porque estoy muy metido en mi trabajo. Fui a recorrer shoppings y nada más. Hay uno que tiene una pequeña Venecia adentro o una cancha de paddle ahí mismo. Son cosas increíbles. Así son los árabes".

Escuchá la nota completa en el programa Un Lugar en el Mundo

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