Garino recargado: el desafío de volver a su mejor nivel en la selección

- Entrenar con la selección en Mar del Plata es todo un privilegio. ¿Lo vivís así?

- Totalmente. Muy pocos tienen la posibilidad de jugar en la selección en su ciudad natal. No hubiera estado ni en mis mejores sueños. Después de haber pasado por la NBA y colectivamente el subcampeonato de China, la llegada a la gente es mucho mayor. Lo que pasó en Peñarol no me lo esperaba. Voy a lugares donde antes no pasaba nada y ahora es una revolución. Me llena de orgullo decir que soy de acá. La gente nos mima tanto que nos llena de alegría. Y obviamente también estoy disfrutando de la familia y los amigos.

- ¿Cómo viviste el momento de la charla que dieron con Campazzo y Bolmaro en el Polideportivo ante los chicos de los clubes de Mar del Plata?

- No nos esperábamos el respeto y la atención que nos dieron los chicos. Eran de edad temprana, bien jovencitos, y que te estén prestando tanta atención fue muy loco. Había miles de chicos de los clubes y ni un solo ruido. Creo que el mensaje llegó hablando de nuestros comienzos en esto. Recibimos muchos mensajitos de padres agradeciendo la charla. Entonces el objetivo está cumplido. Pensar que pueden seguir trabajando y soñar en llegar al lugar en el que estamos nosotros.



 

- ¿Qué enseñanza te dejó una situación tan difícil de afrontar como la lesión que te cortó el camino en Francia?

- Empecé el año bastante mal. Me di cuenta que tomé una decisión errónea y tal vez tenía que haber frenado antes y recuperarme bien de lo que fue la lesión en los cruzados y no solo en mi casa sin ayuda a través de un teléfono en pandemia. Eso trajo repercusiones. Fue un año de mucho aprendizaje y un lema de lo que es mi vida: seguir luchando por lo que uno quiere y no bajar los brazos. A veces se puede nublar la mirada y preguntarnos por qué estamos haciendo esto si es más sufrimiento que disfrute. Pero también me di cuenta de lo que soy y supe asimilar mejor los momentos malos.

- ¿Qué aprendiste de la experiencia francesa?

- No fue de las mejores experiencias. Me sorprendí un poco de lo que es el contraste. Vivía a 10 minutos del centro de París, el glamour, la moda, los lujos, los autos de alta gama por la calle. Y pasás de eso a barrios super carenciados, sucios, grises, inseguros. No es una experiencia que volvería a tomar. Es tal vez por romantizar un poco lo que es París, ver las películas algo que está en un rango de kilómetros muy reducido. El francés también es muy cerrado. No le gusta el turista, la gente de afuera. Nos dijeron que digamos que somos argentinos y no españoles porque hay un odio bastante grande ahí. Una experiencia distinta que por trabajo no repetiría. La liga francesa tiene un juego más americano con menos nivel que Estados Unidos, obviamente. Con el diario del lunes te das cuenta que no fue lo mejor, pero aprendí de una etapa diferente de mi carrera.



¿Cuánto tiempo tardaste en dejar de deslumbrarte de una ciudad como París?

- Entrenábamos muchísimo. En los tres meses que estuve habré ido 10 veces al centro de París. Lo viví siempre como turista. Buscar algún restaurante nuevo, ver monumentos, ir a los museos. No tuve mucho tiempo para recorrer pero las luces y la magia que tiene es algo único.

- Y justo se dio la llegada de Messi...

- La ciudad se paralizó cuando llegó Messi a París. Policía, seguridad. Es una locura lo que genera. Lo primero que te decían cuando comentaba que era argentino es Messi. Es algo que transformó mucho a la ciudad y ahí te das cuenta la magnitud que tiene ese ser humano en cuanto a masas. Es algo inédito.

- ¿Como imaginás tu próximo paso en la Liga de España?

- Me ilusiona mucho volver a España, un lugar que conozco y donde estoy cómodo. Voy a tener a mis viejos a 500 kilómetros así que van a venir de visita seguido. Obviamente el partido en Vitoria va a ser muy emotivo por tenerlos ahí y por volver al Baskonia. Tengo muchas ganas de volver a crear esa rutina que tanto nos gusta. En España estamos tan cómodos que es casi nuestra casa.

- ¿Cómo se dio la opción de Girona?

- Vino la propuesta a través de Marc Gasol que es el presente del equipo. Me ilusionó mucho por el proyecto. Un equipo que recién asciende, que quiere seguir subiendo en la liga. Me ilusiona también poder jugar al lado de Marc Gasol. Me puedo entender muy bien con un jugador de ese tipo. Y el carácter de la ciudad que es parecido a lo que era el Baskonia. Una ciudad bastante chica, amantes del deporte con mucho fervor, mucha energía, cerca de Barcelona, la costa Brava. Venimos de climas invernales y estamos deseosos de cambiar un poco de aire.

- ¿Cómo tomás en perspectiva haber sido uno de los argentinos que llegó a la NBA?

- Creo que día a día nos estamos dando cuenta que es una liga totalmente alejada de lo que estamos acostumbrados. Hemos pasado varios por la NBA y muy pocos se han quedado. La mayoría en otra época, no como hoy que está tan globalizada con jugadores de todo el mundo de primerísimo nivel. Lo vimos con Gaby Deck que pensamos que iba a estar un largo rato, Lapro, Leandro Bolmaro cambiando de equipo que es un chico joven que tiene mucho talento y mucho por delante. Esto te demuestra la exigencia que tiene la NBA.Personalmente ya no pienso en eso. Ya lo viví es algo único y siempre voy a estar orgulloso de estar en esa lista de menos de 20 jugadores del país que han pasado por ahí.

- En Mar del Plata hay mucha expectativa, es movilizante en lo personal pero hay un resultado en juego, ¿qué esperás para el partido ante Bahamas el 29 de agosto?

- Totalmente, pero tenemos que dejar un poco la emoción de lado. Nos enorgullece y nos llena de alegría que se agotaran las entradas para vernos, pero una vez que esté la pelota en el aire son 40 minutos que tenemos que dejar las distracciones de lado y enfocarnos en el objetivo que es ganar el partido.

- ¿Cuánto te preguntan de dónde sos seguís diciendo Mar del Plata?

- Esté donde esté, siempre voy a ser de Mar del Plata. Tal vez la mirada esté en España. Pero siempre que vengo a Mar del Plata digo que voy a casa.