El Obispo Mestre habló de la pandemia: “Hay que tener ánimo, estoy seguro que vamos a salir adelante”

El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, habló en Radio Brisas donde dio detalles de la salud de su papá que estaba internado con coronavirus, e indicó que es muy importante la palabra ánimo para poder superar la pandemia. Por otro lado, se refirió también al Miércoles de Ceniza.

Sobre la salud de su padre precisó que "está mejor gracias a Dios, el viernes salió de la clínica y mantiene un poco de internación domiciliaria con oxigeno pero va recuperándose muy bien. Gracias a Dios papi se va a recuperar".

En cuando a la pandemia sostuvo que "por un lado la incertidumbre y la dificultad es más que objetiva y la experimentamos en carne propia, incluso con el fallecimiento de mi mamá", y contó que "el año pasado en octubre mandé un mensajito particular a todos los líderes de las comunidades católicas con la palabra consuelen. Y ahora la semana que viene voy a mandar otro y la palabra clave es animo".

En ese sentido, explicó que "animo viene de la palabra anima que en latín significa alma, es darle espíritu a una realidad. Entonces infundir animo es ayudar a levantarse, a seguir sin dejar de asumir que estamos en una situación compleja y que continua".

Mestre considerá que "hasta que no estemos todos vacunados evidentemente vamos a tener muchos limites", y dejó en claro que "no hay que bajar los brazos. Realmente hay que tener ánimo, por eso miro con preocupación y con responsabilidad a la vez y con incertidumbre y con mucha esperanza porque estoy seguro que vamos a salir adelante".

Miércoles de Ceniza

El Obispo de Mar del Plata comentó que "es el inicio de un tiempo especial de penitencia para prepararse para la Pascua. El Miércoles de Ceniza comienza con austeridad, con un ayuno, con suprimir una comida principal en el día. El símbolo de la ceniza era un signo que uno reconocía que era un pecador frágil y débil, entonces para marcar eso se tiraba un puñado de ceniza en la cabeza y se la revolvía para dar un aspecto desagradable y la ropa era reemplazada por una de arpillera muy rústica. Eso representaba la realidad del pecado que habita en el corazón y el deseo de querer superarlo en el tiempo de la Cuaresma".

Escuchá la entrevista a Gabriel Mestre en el programa "Plan Luz"

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