Día Mundial del Linfoma: qué es y cuáles son sus síntomas

Por Mario Lago
Médico Clínico MP. 13992
Integrante del plantel médico de AMOF
Asociación Mutual Once de Febrero

Cada 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma con el fin de concientizar, brindar información e incentivar la detección temprana de la enfermedad. Existen tres grandes grupos de cáncer de sangre: leucemia, mieloma y linfoma. Este último, a la vez, se divide en dos tipos principales: el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin.

Los linfomas son un tipo de enfermedad que afecta directamente a las células del sistema inmune, los linfocitos. Esto se produce debido a un fallo de los glóbulos blancos de la sangre, que funcionan como una barrera contra las infecciones. Las áreas comunes en donde se pueden palpar los ganglios linfáticos con los dedos son la ingle, la axila, el cuello, detrás de los oídos y la parte posterior de la cabeza. Pero también hay ganglios linfáticos en otras zonas del cuerpo como el tórax y el abdomen.

Según la Asociación Linfomas Argentina, en nuestro país los linfomas representan el 4% de la incidencia de todos los cánceres; incluso es el primer tipo de cáncer con incidencia en jóvenes, la tercera causa de muerte por cáncer en niños, y el tercer tipo de cáncer más frecuente en menores de 15 años.

Según la Sociedad Argentina de Cancerología (SAC), el primer síntoma suele ser la aparición de un bulto en el cuello, ingle o axilas, junto a fiebre o prurito inexplicable. Sin embargo, la sintomatología es variada e impacta tanto en la parte física como la emocional: pérdida de cabello, fatiga y náuseas, depresión y pérdida de autoestima. En un estudio realizado por la Red Mundial de Grupos de Pacientes con Linfoma, se reveló que apenas 1 de cada 5 pacientes había sospechado de la enfermedad antes de tener su diagnóstico.

El linfoma de Hodgkin es uno de los tipos de cáncer más curables. Hasta el momento no se conocen la causa de la mayoría de los casos. Por lo general se diagnostica entre 20 y 40 años de edad y vuelve a ser más común otra vez después de los 60 años. Ante algún síntoma, se realiza un diagnóstico que requiere un examen físico, pruebas de sangre, estudios de imagen y una biopsia del ganglio linfático. El tratamiento depende del tipo de linfoma, la fase clínica de progresión y la edad del paciente al momento del diagnóstico. Generalmente se utiliza la quimioterapia y radioterapia.

Si el paciente identifica un abultamiento no doloroso en el cuello, axilas o ingle y persiste, es señal de alerta. Ante la presencia de un ganglio aumentado de volumen, se recomienda realizar una consulta médica. Es muy importante estar atentos a determinados síntomas para su detección temprana.

¿Cuándo y dónde consultar?

Para realizar tu consulta con los médicos clínicos de AMOF: Dr. Ulises Sánchez, Dr. Norberto Giménez y el Dr. Mario Lago, podes concurrir a los policonsultorios ubicados en Santiago del Estero 1741 (entrepiso) o comunicarte al 492-2519 (internos 107 o 110) de lunes a viernes, de 9 a 17hs.