Alquileres en Mar del Plata: lo que hay que saber para evitar complicaciones con los contratos

La creciente inflación y las nuevas exigencias son las mayores trabas a la hora de rentar un inmueble. Un análisis con lo que hay que saber a la hora de alquilar o brindar un alquiler.

Como tantas otras, la actividad inmobiliaria fue muy perjudicada por las consecuencias de la pandemia de Covid-19, por lo que la situación actual del mercado es mucho más delicada que en años anteriores y Mar del Plata no escapa a esta realidad.

Durante agosto de 2021 se firmaron 602 escrituras y 30 hipotecas, números bajos para una ciudad que solía escriturar más de 900 propiedades por mes. La principal razón es la presión inflacionaria que, interanualmente, roza el 50% en el precio de los alquileres.

Consultado por Infobrisas, el martillero público Diego del Valle aseguró que “tenemos una caída intermensual de escrituras en el mes de julio de casi un 10%. Se mantiene en los últimos seis meses en Mar del Plata un promedio de 620 cuando en un mercado normal debería ser de 900 o 1000”.

Asimismo, mencionó que “como siempre, incide también el cambio del dólar que hemos tenido los últimos tres meses, que de 150 pasamos a uno de 185 o 190. Ese efecto eleccionario tan típico de cada dos años con el sistema de PASO y elección definitiva también suele provocar una merma en el movimiento del mercado inmobiliario”, añadió.

“A partir de este 1 de octubre el índice del Banco Central de la República Argentina (BCRA) actualiza los alquileres en un año para los que arrancaron el 1 de octubre en un 48,56% y, para los del 15, ya estamos en un 49,05% de aumento”, sostuvo Del Valle y explicó que “esto significa que estamos llegando en este mes seguramente a superar el 50% de aumento en los alquileres con el índice que se creó a través de la ley, que está trayendo mucho dolor de cabeza a los inquilinos”.

Otro inconveniente en Mar del Plata es la poca oferta de alquileres. Al, respecto el entrevistado indicó que “la grave problemática es que, al no tener oferta, cada vez que se publica un inmueble hay organizar las citas con horario y turno por protocolo. También sucede que se publica algo, llaman 20 o 30 personas y la primera o la segunda que lo ve es quien lo termina reservando”.

“El nivel de consultas es altísimo porque, al no haber oferta, hay mayor cantidad de gente buscando alquileres, más aún cuando nos acercamos a una temporada”, expresó Del Valle y precisó que “incluso con los departamentos chicos de un ambiente, que eran los que más se ofrecían, estamos viendo que también empieza a no haber oferta de 36 meses. Quizás quien tiene un departamento de un ambiente o dos en este momento piensa más en un alquiler temporario y no de 36 meses”, agregó.

 

Cosas puntuales a tener en cuenta al momento de alquilar

Por un lado, un fuerte recurso para un inquilino o potencial inquilino es entender el panorama general del mercado y lo que exigen las leyes pertinentes. Por otro, es importante también que el diálogo con los propietarios del inmueble a alquilar sea el más claro posible, así como leer el contrato con detenimiento para evitar sorpresas desagradables a corto o mediano plazo.

La actual Ley de Alquileres, que rige desde el 1 de julio de 2020 y fue sancionada en plena pandemia, contempla contratos por 36 meses. Desde ese cambio, las actualizaciones en los precios mensuales se dan anualmente (antes eran cada seis meses y de manera informal) y de acuerdo a un coeficiente que deberá difundir todos los años el Banco Central. Los propietarios tienen ahora la obligación de registrar todas estas operaciones en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), así como de hacerse cargo de los impuestos de la propiedad y posibles expensas extraordinarias.

Asimismo, la ley exige que el inquilino realice el pago del primer mes y de otro a modo de depósito, así como también deberá costear gastos administrativos y acreditar recibos de sueldo o comprobantes que demuestren su capacidad de enfrentar la cuota mensual. El dinero de depósito actúa como seguro y debe reintegrarse al final del contrato con cifras actualizadas, a excepción de que se registren daños en la propiedad o situaciones similares.

Una vez firmados los papeles y pudiendo hacer uso del inmueble, la recomendación es mantenerlo en buen estado y no realizar modificaciones en él sin la previa autorización de su propietario.