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A las armas las carga la Segunda Enmienda
Propuesta el 25 de septiembre de 1789 y aprobada el 15 de diciembre de 1791, la Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América protege el derecho del pueblo estadounidense a poseer y portar armas.
Forma parte de la denominada Carta de Derechos y pone al país del norte entre las naciones que tienen menores limitaciones para comprar y llevar armamento.
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Por Daniel Temperoni para InfoBrisas[/caption]
La muerte de 21 personas en la escuela primaria de Uvalde, Texas, reabrió el debate en la sociedad norteamericana y dejó al descubierto un tratamiento demorado en el Congreso, donde no son pocos los demócratas y republicanos a favor de limitar el acceso a estos pertrechos.
Como siempre, el peso específico de la industria bélica y de la poderosa Asociación Nacional del Rifle, creada en 1871, pueden más que cualquier argumento basado en el sentido común.
La respuesta inmediata después de una tragedia en algún edificio escolar, se traduce en la aparición de más presencia policial en esos entornos.
Ocurre ahora tras el hecho acontecido en Uvalde, al igual que pasó en 1999 con la secundaria Columbine, en 2007 con la universidad Virginia Tech, en 2012 con la primaria Sandy Hook y en 2018 con la de educación media en Parkland.
En EEUU hay un incidente con armas cada 3 ó 4 días.
Uno de los ataques con mayor cantidad de víctimas sucedió en 2007 cuando un estudiante asesinó a 32 compañeros y dejó heridos a otros 29 en la Universidad de Virginia.
En los últimos 9 años, ciudades como Atlanta, Chicago y Houston son las que más incidentes han registrado, 14 en total, mientras que le siguen con no menos de 10 Filadelfia, Columbus, Charlotte, Milwaukee, Wisconsin y Dallas.
Entre enero de 2013 y el 24 de mayo último, acontecieron 926 hechos sangrientos en edificios escolares norteamericanos.
Los antecedentes de esta problemática están muy claros en Estados Unidos, pero la razón pierde por goleada frente a los millones de dólares que dejan muchos ciudadanos mayores de 18 años en las armerías.
La presión política también ejerce su poderío cada vez que asoma algún debate parlamentario o social.
Resulta muy difícil imaginar que el gendarme del mundo no sufra los efectos de su propia medicina fronteras adentro.
